Comite Anticorrupcion de Carabayllo

martes, 7 de febrero de 2012

LA MARCHA NACIONAL POR EL AGUA: UNA MARCHA POR LA VIDA Y POR NUESTRA MADRE TIERRA

El AGUA, llamada YAKUMAMA en la cosmovisión de nuestros sabios pueblos andinos, es un elemento vital para todos los seres que habitan en la superficie de nuestro planeta, dentro de los cuales los humanos simplemente somos una especie más. Es, asimismo, el motor de las sociedades humanas a lo largo de la historia, al articular y unir espacios geográficos dentro de los cuales se han desarrollado las diversas culturas y civilizaciones humanas. Es por ello que las culturas ancestrales, comprendiendo la importancia que tiene el agua para la vida humana y la biodiversidad de nuestro planeta, no sólo le rindieron reverencia y culto a través de diferentes expresiones rituales destinadas a agradecerle todo lo que hace por la vida en sus diversas manifestaciones, sino que le brindaban especial protección desde sus mismas fuentes de origen y a lo largo de todo el recorrido que efectuaba en lo que nosotros llamamos el “ciclo del agua”, proceso durante al cual adquiere diversas formas a través de las cuales siembra e irriga la vida durante todo su trayecto.   
                         
                                    


 Sin embargo, hoy en día, el avasallador avance del criminal modelo económico, consumista y depredador que impera y se expande como una plaga a nivel mundial, ha llevado a nuestro mundo a una severa crisis hídrica, crisis a la cual el Perú no es ajena y que ha puesto en serio peligro la existencia de una buena parte de las cada vez menos fuentes de agua dulce que existen y está alterando la calidad de las restantes. En efecto, este modelo económico, que cosifica todo y que únicamente le asigna valor a aquello que puede generar o puede convertirse en dinero u objetos de consumo, está desapareciendo gradualmente nuestras inapreciables fuentes de agua dulce.
La mejor expresión de ello en la actualidad, más no la única, es el denominado Proyecto Conga, el cual, como bien sabemos, implica la desaparición de cuatro lagunas para extraer el oro que hay debajo de dos de ellas, utilizando como depósito de relaves las dos restantes. O sea que, para los inhumanos empresarios que están detrás de este ecocidio y para los corruptos políticos que los apoyan, el agua vale, literalmente, menos que el oro, como si este último fuera una fuente generadora de vida, como si se pudiera beber, o como si con él se pudiera regar un campo de cultivo.
Pero, como hemos dicho, este no es el único caso en nuestro país. El exministro del ambiente, Antonio Brack, ha confesado que “el 98% de los proyectos mineros se ubican en cabeceras de cuenca”. Por ello, los pueblos y comunidades originarias del Perú, hartos de esta situación que no sólo pone en peligro la existencia de las cabeceras de cuenca y de los ecosistemas, sino que atenta también contra su salud y su vida, han decidido movilizarse en la gran “Marcha Nacional por el Agua”, que ya viene convocando y uniendo a miles de pobladores de diversas provincias del Perú, quienes son los que sustentan con su valioso trabajo, con el sacrificio de sus recursos naturales e, incluso, con su propia salud y su vida, el bienestar material y las frivolidades de unos cuantos que viven en una ciudad totalmente improductiva como Lima, la cual es incapaz de sostenerse a sí misma, pues carece de recursos naturales y de un ambiente sano y equilibrado, elementos básicos para lograr un auténtico desarrollo humano.
Y es que detrás de esta marcha no sólo está en juego el agua, sino también todos los demás elementos naturales gracias a los cuales encuentran sustento todas las formas de vida en nuestro país y en el mundo. De esta manera, la gran “Marcha Nacional por el Agua” ya no sólo es una lucha por nuestro sagrado elemento líquido, sino una lucha por la propia subsistencia de las poblaciones provincianas, de nuestros pueblos indígenas, de nuestros ecosistemas y de nuestros recursos naturales. Es una marcha por nuestra Madre Tierra, por la Pachamama, o sea, por la vida misma.
Es por ello que desde el Colectivo por la Madre Tierra – COMTERRA celebramos y apoyamos la realización de esta marcha emprendida por los pueblos que quieren decirle con su presencia un rotundo no al modelo extractivo, depredador y consumista que este gobierno traidor (sí, ese mismo que prometió una “gran transformación” y que ha terminado transformándose en el perro cancerbero de la oligarquía asesina, traidora y vendepatria del Perú) quiere continuar imponiendo sobre nuestros pueblos a como dé lugar, a sangre y fuego de ser necesario.
Apoyemos y sumémonos a esta marcha todos quienes amamos de verdad a nuestra Madre Tierra, independientemente de nuestros colores políticos o intereses de cualquier índole. Apreciada desde una perspectiva histórica, esta puede ser una gran oportunidad para que los pueblos originarios y provincianos del Perú se pongan de acuerdo para decirle al unísono al país:

¡NO A CONGA!, ¡NO AL ORO!, ¡NO A LAS INDUSTRIAS EXTRACTIVAS QUE DESTRUYEN NUESTRO MEDIO AMBIENTE!, ¡NO AL MODELO ECONÓMICO Y SOCIAL IMPERANTE!, ¡NO AL GOBIERNO TRAIDOR DE OLLANTA HUMALA!
Y decirle: ¡SI A LA VIDA!, ¡SÍ AL AGUA!, ¡SI AL PERÚ PROFUNDO!, ¡SI A LOS A LOS PUEBLOS ORIGINARIOS!
¡POR LA DEFENSA Y PROTECCIÓN DE NUESTRA MADRE TIERRA!

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